Se resuelve el nuevo acceso desde el recinto de la Fabra y Coats dando lugar a un vestíbulo para visitantes, a la vez que se mantiene y restaura el acceso desde Carrer Parellada, que da servicio a caballos y carruajes. El interior de la nave mantiene no solo el aspecto constructivo original, con cerramientos cerámicos, estructura de madera y cubierta de tejas, sino también funcional, pues permite la ventilación entre las juntas de las tejas de cubierta, ya que es un espacio semiabierto.

En la zona de acceso peatonal se ubica el espacio para reproducciones audiovisuales totalmente accesible, usando la altura libre sobre los nuevos establos para caballos. El tránsito de carruajes de gran peso determina la solución del suelo de la nave, así como el uso de caballos define los materiales usados en los establos. Tanto la fachada principal como las medianeras se restauran en su totalidad y adecuan a los requerimientos normativos del momento. La puerta principal se reconstruye con marcos metálicos, reaprovechando madera original de la puerta.